
Entiendes perfectamente bien las bondades de ver el vaso medio lleno, pero hay veces en que por más que intentas no puedes hacerlo. No es que quieras, pero tu atención inevitablemente se vierte hacia lo malo de la situación.
Lo que sucede es lo siguiente. Tu mente crea hábitos para funcionar en automático. Imagina que cada vez que das un paso, tuvieras que razonar: estoy moviendo el músculo, estoy levantando la pierna, la muevo hacia adelante, muevo el músculo de nuevo, apoyo el pie, me equilibro… ¡Que fatiga!
Cuando aprendiste a caminar, tu mente hizo un programa que se llama “Dar un paso”. Se reproduce sin pensar en lo que estás haciendo.
Cuando llevas toda la vida creando y reforzando hábitos de ver lo peor, seguirás repitiendo el mismo patrón una y otra vez. Puedes ser consciente de ello, incluso reconocer que no es la mejor actitud, pero eso no significa que tu cerebro dejará de repetir lo que ya tiene bien aprendido.
Como crear un patrón de pensamiento positivo
Tu mente es como un perrito mal educado y necesita aprender nuevas conductas. Necesitas hacer un acto consciente de pensar positivo.
No lo dejes para cuando te encuentres en la peor circunstancia. En ese momento, tendrás muchas distracciones y será difícil encontrar motivación para cambiar tu programa por defecto.
Para lograrlo, te darás un baño diario de positivismo durante 10 minutos.
Siéntate en silencio con pluma y papel. Comienza escribiendo todos los pensamientos negativos que tengas. La idea es que los descargues para que ya no estén rondando tu cabeza. El descargarlos te libera y además te ayuda a verlos de una manera más objetiva.
No lo pienses mucho, simplemente deja que las ideas fluyan. Si estás enojada con alguien y le quieres gritar, grítalo al papel. También puedes dibujar lo que estás sintiendo. Si lo tuyo es el habla, quéjate con la pared, con tu perro o con una planta. Te vas a sentir medio loca, pero prefieres eso o ¿Seguir siendo Grinch?
Cuando te deshaces del veneno, creas espacio vacío. A la mente no le gusta este espacio e intentará llenarlo con algo. Tú te vas a adelantar.
Piensa en 20 cosas positivas que encuentras en la situación que descargaste. Escríbelas. Está bien si encuentras más de 20, pero no te conformes con menos. Las primeras 5 serán sencillas, pero después tendrás que esforzarte. Esto es justo lo que estamos buscando, que aprendas a encontrar lo positivo, incluso cuando no es tan obvio.
Si se te facilita encontrar 20, sube el reto a 50. Haz este ejercicio por las mañanas y lleva la lista contigo a todos lados. Léela a mitad del día y en la noche, antes de dormir. También cuando te de el bajón.
Algunas preguntas que te ayudarán a encontrar las partes positivas, hasta en la peor situación:
- ¿Qué estoy aprendiendo?
- ¿Qué está pidiendo de mi?
- ¿Cómo me va a hacer crecer?
- ¿En qué tipo de persona me voy a transformar como resultado de esta experiencia?
- ¿Qué me está obligando a soltar para poder avanzar?
- ¿Cómo me está forzando esto a cambiar?
- ¿Qué oportunidades se están creando?
- Un desafío siempre viene acompañado de apoyo ¿Qué personas o situaciones me están apoyando?
- Pon las cosas en perspectiva ¿Qué consejo le darías a un amigo que está pasando por lo mismo?
- Dentro de exactamente un año, ¿Cómo te gustaría que esta situación haya evolucionado?
Encuentra Perfección, Incluso en la Peor Situación
A primera vista, las catástrofes son amenazas para tu bienestar. Cuando haces el esfuerzo de ver pasadas las apariencias, te das cuenta de lo perfectas que son. Te daré un ejemplo.
Tenía un negocio que generaba ingreso pasivo, conformaba aproximadamente la cuarta parte de mi ingreso mensual. Hice algunas malas decisiones, mi negocio cayó y al final decidí cerrarlo. Los primeros días estaba llena de tensión, pensando en el embrollo financiero que se aproximaba.
No fue nada fácil, pero tuve que hacer un esfuerzo por encontrar el lado positivo en la situación: Tengo un trabajo que me encanta, que además paga bien. Voy a tener que ajustar mi manera despreocupada de gastar, pero eso es una oportunidad para simplificar y apreciar lo que es realmente significativo.
Lo más valioso, es que cerrar el negocio me brindó abundancia de tiempo y claridad. Llevaba meses debatiendo sobre si debía continuar trabajando en él o simplemente dejarlo y enfocarme al coaching. Me sentía confundida al respecto y todo el tiempo me encontraba pidiendo claridad, confianza y seguridad sobre qué hacer.
El día que lo cerré, me sentí libre y mi cabeza se llenó de ideas sobre las cuales quiero escribir en este blog. Tomé eso como una señal. Otro aspecto positivo que encontré es que ya no tendré que forzarme a trabajar en algo que no me motiva.
Este proceso me hizo darme cuenta de que el móvil que tenía para mi antiguo negocio, dónde sólo pensaba en las ganancias, era erróneo. No estaba siendo honesta conmigo misma.
Lo que a mí realmente me importa es hacer una diferencia para los demás, inspirar y compartir buena vibra. El dinero es simplemente una herramienta y una consecuencia de hacerlo bien.
Confieso que al principio, me dejé llevar por pensamientos catastróficos. Sólo pude entender la perfección de mi situación cuando conscientemente me enfoqué en ver lo bueno. Cada vez que me cachaba con ideas fatalistas, me ponía a dar las gracias por las cosas benéficas que identificaba.
Se necesita ser constante y tener determinación, pero no desistas. Repite el ejercicio de descargar lo negativo, crear espacio y llenarlo con cosas positivas todos los días. Poco a poco crearás el hábito de ver siempre perfección, incluso cuando el cielo se vea nublado.
¿Qué otras técnicas usas para enfocarte en lo positivo? Comparte en los comentarios.
