A todos nos encantaría tener un negocio exitoso y feliz. De esos que realmente disfrutas, pero que además son redituables y te permiten tener el estilo de vida que quieres. Léase: tomar una pausa a las 12 del día para ir a clase de Yoga, trabajar desde una locación exótica o tomar las tardes libres para apoyar a tus hijos con las tareas del colegio.
No hay fórmula exacta para conseguirlo, pero una de las claves está en trabajar tus hábitos – esas acciones y pensamientos que repites día tras día y que van forjando tu realidad.
El año pasado fui a Cuba. Cada vez que conversaba con un cubano, sucedía algo interesante. Había tres asuntos que, independientemente del tema, salían a relucir: la política, el gobierno y quejas sobre las carencias que se viven en el día a día.
Debo confesar que por un momento, me dejé llevar por el pesimismo que tenía alrededor… hasta que recibí una sacudida mental.
Mis ojos se abrieron a un hecho que no sólo aplica para Cuba, sino para ti, para mí y cualquier otra persona sobre este planeta:
Cada quién es dueño de su destino. Tiene la capacidad de alterar su realidad, con el poder del enfoque, la acción y la intención.
Lo que sucedió es que conocí a la señora Cuqui. Un buen día, decidió que estaba cansada de “sobrevivir” y de no tener suficiente para alimentar a su familia.
Su casa estaba ubicada en una zona atractiva para los turistas, además de que contaba con tres amplias habitaciones. La transformaría en una casa de huéspedes.
¿Fue difícil?
Por supuesto. Tuvo que sacar permisos, invertir en remodelación y mantenimiento del espacio, conseguir muebles nuevos y aprender a promover su servicio. Al cabo de unos meses, el espacio quedó listo para ofrecer.
Su siguiente reto fue conseguir clientes. Contactó a algunas agencias de viajes que la empezaron a recomendar, pero no paró allí.
Cada vez que recibía un huésped, se esforzaba por tratarlo de maravilla. Le compartía sobre su cultura, le preparaba los platos típicos y le indicaba cuáles eran los lugares turísticos por visitar. Al final de la estancia, pedía que la recomendaran en Internet.
Esto la llevó a posicionarse como una de las mejores casas de huéspedes en la Habana vieja. Siempre está llena, de hecho, tienes que reservar con varios meses de anticipación para poder quedarte ahí.
Su familia ahora disfruta una calidad de vida bastante cómoda. Hasta se pueden dar pequeños lujos de vez en cuando.
La segunda persona, fue el campeón nacional de atletismo Cubano (cuyo nombre, desgraciadamente no recuerdo). Cansado de escuchar que la cosa es “muy difícil” y que “no se puede salir adelante” se sentó a pensar en soluciones.
Llegó a la conclusión de que si en verdad quería salir adelante, tendría que trabajar cerca del turismo. Diligentemente estudió Inglés, Francés y Alemán. Consiguió un empleo en el mejor restaurante de la Habana como lavaplatos.
Tras un año ascendió a mesero. Dos años después, cuando lo conocí, ya era gerente del lugar. Se esforzaba por ser amigable con los turistas, los cuales le dejan generosas propinas. Rentaba un departamento de lujo, justo al lado de su trabajo. Orgullosamente presumía de haber comprado una pantalla plana y un DVD.
Quejarse es sencillo. Decir que las cosas son complicadas también.
Tomar lo que tienes (limitaciones incluidas) y usarlo para crear una realidad diferente, no tanto.
La mayoría de la gente se queda atorada en el pesimismo y la carencia. Están demasiado ocupados poniendo atención a lo que está mal, en vez de esforzarse por crear algo distinto.
Si Cuqui y el Atleta Anónimo salieron adelante, tu también lo puedes hacer. El día de hoy te voy a compartir 10 Hábitos poderosos que los emprendedores y las personas que logran lo que se proponen llevan a la práctica.
Te ayudarán a conseguir éxito en tu negocio y felicidad en el día a día. Uno sin lo otro no se disfruta, así que vamos por los dos.
1. Aprende a confiar en ti
Aprecia todo lo que eres – sí, eso incluye tu luz y tu sombra, tu fuerza y debilidad. Sólo cuando aceptas las dos partes de tu totalidad, puedes actuar desde la completez de tu poder.
Puede que en este momento carezcas de cierta habilidad, conocimiento o recurso, pero no tienes por qué permanecer así. Estás en el mejor momento para sentarte a pensar cómo lo vas a conseguir.
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2. Desarrolla una mentalidad de abundancia
Vives en un universo de infinitas posibilidades. Sólo porque tu visión limitada no puede ver algo, no significa que no existe. Confía en la abundancia y mira siempre “el vaso medio lleno”. De esta manera, empezarás a encontrar la oportunidad que cualquier situación, por muy pesimista que parezca, conlleva.
Al hablar de abundancia, no me refiero sólo a una cuestión económica. Es más bien un estado de plenitud donde confías en que cualquier cosa que puedas necesitar (tiempo, relaciones, espacios, recursos materiales, salud, conocimiento) será provista en el momento adecuado.
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3. Acostúmbrate a fracasar
Cuando alguien se une a mi lista de suscriptores, le hago una pregunta. Al pensar en dedicarte a lo que te gusta ¿Cuál es tu mayor obstáculo?
Esta es una de las respuestas más comunes:
Tengo miedo de intentarlo y que no funcione. No quiero desperdiciar mi tiempo o esfuerzo en algo que no sé si valdrá la pena. Me da miedo que la gente me critique si fracaso.
Esta mentalidad evita el dolor de fallar, pero también la posibilidad de triunfar. Te mantiene atorada en la zona de confort.
Una escultura comienza siendo un bloque de piedra. Cincelada tras cincelada va tomando forma. Es un proceso lento y laborioso, pero el resultado final – una preciosa obra de arte – lo justifica.
De la misma manera, el fracaso te forja en la persona que necesitas ser para obtener lo que deseas. Es un paso necesario para conseguir el éxito.
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4. Traspasa tus límites
Busca oportunidades que te lleven al límite, que te empujen a siempre ir por más. Con esto, no quiero decir que saltes de un precipicio para ver qué sucede. Se trata de buscar pequeños retos en el día a día.
- ¿Miedo a conocer a gente nueva? Sal y platica con las tres primeras personas que topes en la calle
- ¿Miedo a vender tus productos? Prueba ofrecerlos a tus compañeros de oficina
- ¿Miedo a expresar lo que sientes? Hoy por la tarde, dile a tu mejor amiga cuánto la quieres
Sencillas actividades como estas te ayudarán a estar segura de ti misma y a expandir tu círculo de acción.
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5. Reconecta con tu propósito cada mañana
Detrás de cualquier gran hazaña hay una fuerza motriz, un gran por qué. Ya sea que quieras emprender para hacer una diferencia en el mundo, para sentirte una mujer exitosa que logra lo que se propone, tener una mejor calidad de vida o dar a tu familia lo que merece, tienes un propósito, “algo” por lo cual luchar.
Si aún no lo tienes, es hora de que te sientes a descubrirlo. Esta gran motivación es el combustible que necesitas para sortear obstáculos y dificultades. Guía tus acciones, ayuda a tomar decisiones y te mantiene firme en tu sueño.
Date un espacio por las mañanas, para reconectar con él. Verás como el resto del día fluye de una manera armoniosa y alineada hacia tus objetivos.
6. Cuídate y descansa
Este es uno de los consejos que doy a todo mundo, y que también debería aplicar.
Cuando eres una mujer ocupada, tiendes a poner tu salud y bienestar en último lugar – después del trabajo, los amigos y demás compromisos. Sabes que está pésimo pero lo sigues haciendo.
Te quiero invitar a que tomes una pausa en este momento. Cierra los ojos por cinco minutos, siente tu inhalación y exhalación. Reconecta contigo misma.
¿Se siente bien no?
Date un espacio para cuidar de ti. Respeta tus horas de sueño. Haz ejercicio. Come saludable. Regálate tiempo a solas para escuchar a tu intuición. Realiza las actividades que disfrutas.
Dáles la prioridad que merecen. Una manera sencilla de incorporarlas en tu día a día es asignarles un espacio de tiempo en tu calendario. No permitas que por negligencia, tu salud se acabe y se convierta en una emergencia imposible de ignorar.
7. Toma acción masiva, constante y enfocada
Nada interesante sucede cuando estás en la computadora investigando y leyendo sobre “cómo hacer un negocio”. La información es útil, pero el verdadero logro está en tomar acción masiva, constante y enfocada.
Masiva significa que aplicarás lo aprendido y harás todo lo que esté en tus manos por conseguir lo que quieres. Constante porque vas a persistir a través de los días, meses y años. Enfocada indica que te mantendrás alineada a tu propósito, el por qué de tu hacer y lo usarás para guiar tus decisiones.
9. Organiza tus tiempos, espacios y actividades diarias
Hablando de calendarios y acciones masivas llegamos al siguiente hábito: la organización.
No te saldré con el cuento de que tienes las mismas 24 horas en el día que Beyonce y que si ella es exitosa, tu también lo puedes ser. Aunque… es la verdad.
Al ser una persona organizada, puedes crear balance entre las actividades de cuidado personal que te dan armonía y las que están enfocadas a otros aspectos de tu vida.
La organización reduce el agobio, la ansiedad y te ayuda a ser productiva.
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9. Rodéate por personas que sepan más que tú
¿Alguna vez has visto a dos personas que pasan mucho tiempo juntas? Llega un momento en que se mimetizan. Hablan igual. Visten igual. Se mueven igual.
Eres el promedio de las 5 personas con las que más tiempo pasas.
Si estás rodeada por tarados, serás una tarada. Si te rodeas de fracasados, serás una fracasada. Si te rodeas de gente enfocada hacia su crecimiento y desarrollo personal, también crecerás y te desarrollarás.
Acércate a personas como las que te gustaría ser. Consigue coaches, mentores, compañeros y empleados a los cuales admires. Tendrás un ambiente nutritivo para progresar.
10. Nunca te conformes
Finalmente, llegamos al 10. Nunca te conformes. Si sueñas con algo, hazlo suceder. Recuerda que en tus manos tienes el poder de crear cualquier realidad.
¿Cómo crear un nuevo hábito?
Estoy segura de que ya conocías algunas de estas ideas. El problema normalmente viene cuando las intentas poner en práctica.
¿Por dónde empiezas?
Selecciona uno de los 10 hábitos que vimos. Puedes ser el más sencillo o el más urgente. Sigue estos pasos para hacerlo parte de tu día a día.
- Piensa en una actividad que puedas realizar diariamente para incorporar ese hábito en tu vida. Por ejemplo:
- Hábito 1: Aprende a confiar en ti.
- Actividad: Escribir una cosa todos los días por la que me siento orgullosa
- Hábito 8: Organízate
- Actividad: Tomar 30 min. Antes de dormir para organizar mis actividades del día siguiente.
- Selecciona un horario para hacer la actividad. Por ejemplo, todos los días a las 8 de la noche.
- Programa una alarma que te recuerde lo que debes hacer.
- Consigue un calendario. Cada día que cumplas con tu actividad, marca una gran X. Si no cumples deja el día en blanco. Necesitas juntar 42 días seguidos con X antes de que tu cerebro aprenda a reproducir el hábito en automático.
Al pasar los 42 días, el hábito será parte de ti. No tendrás que hacer ningún esfuerzo para mantenerlo. En este momento, puedes incorporar seleccionar uno nuevo para desarrollar.