
La parte más difícil de tener un negocio no es ni hablar con clientes, ni acabar con tu lista de pendientes ni contratar un nuevo empleado.
Lo más difícil es aprender a lidiar con tus emociones.
Como esas veces, cuando tienes la mejor intención de sentarte a trabajar en una entrega URGENTE pero la voz de tu cabeza comienza a gritar.
“Waaaa, no quierooooo. Ven, vamos a preparar un café. Sólo uno, por favooor. Después te prometo que comenzamos.”
Racionalmente sabes que deberías encender la computadora, abrir un documento y enfocarte en la entrega. Pero te sientes cansada, así que preparas el café. Acto seguido, dan las dos de la tarde y sigues en pijama, preguntándote a dónde se esfumó el día y por qué no has avanzado.
Tus emociones no son obstáculos, son indicadores
Por mucho tiempo, creí que mis emociones eran un obstáculo. Una especie de traba, que me hacía tropezar cada vez que planteaba un objetivo importante.
No fue, hasta que hice mi formación como coach, que aprendí un nuevo paradigma: las emociones son un indicador de las áreas donde necesitas crecer; la pared que necesitas escalar, antes de llegar a tu meta.
Si quieres evitar que se conviertan en un obstáculo, debes poner atención al mensaje que te dan. Te daré un ejemplo.
Supongamos que quieres iniciar tu negocio pero el tema de las ventas te da miedo. En vez de enfrentarlo e inscribirte a un curso de ventas, te distraes haciendo actividades “Cómodas” – diseñas unas tarjetas de presentación, construyes un sitio web, pierdes meses pensando en el nombre de tu proyecto o escogiendo los colores de tu logotipo.
Estas actividades pueden ser divertidas, pero si quieres que tu negocio genere ganancias, en algún momento tendrás que aprender a vender. Cada vez que postergas el tema, es como si alimentaras a un gran monstruo. Las emociones que tanto temes, se fortalecen.
Cómo usar las emociones a tu favor
Las emociones son sensaciones, corrientes de energía, una especie de lenguaje que trae un mensaje importante de tu alma. Son tus mejores amigas. En todo momento indican cuales son las acciones y decisiones correctas para ti.
Escúchalas.
Al hacerlo, es como si encendieras una linterna. El monstruo que genera tanta incomodidad, que se siente más grande que tú, que es denso, pesado, te da dolor de cabeza y te hace actuar contra tus buenas intenciones, pierde poder. Realmente no existe. Es una simple construcción mental y no te puede controlar.
Cuando te sientes “Positiva” o agradable, normalmente es porque las cosas van bien. Continúa lo que estás haciendo. Si hay algo “Negativo” o incómodo, es señal de que necesitas hacer un cambio ya sea en ti o en la circunstancia que enfrentas.
Una vez que comprendas el mensaje, toma acción y haz los cambios pertinentes. En el ejemplo de arriba, podrías:
- Inscribirte a un curso de ventas
- Buscar un canal de Youtube que se especialice sobre el tema y estudiar los videos
- Pedir el apoyo de un mentor
- Salir a la calle y vender algo para ver qué pasa
Cualquiera de estas acciones te hará crecer como emprendedora y como ser humano. En consecuencia, tu negocio también crecerá.
Pero cuando ignoras a tus emociones y las tratas de cubrir, es como si guardaras un traste de comida podrida en el fondo del refri. Puedes olvidarlas por un rato, pero eventualmente empiezan a apestar.
Ahora quiero escuchar de ti. Salta a los comentarios y comparte:
- ¿Cómo le haces para lidiar con tus emociones?
- ¿Has tenido algún aprendizaje importante al seguir la guía de tus emociones?