La productividad no se trata de seguir un milimétrico horario, cruzar todos los pendientes del papelito amarillo ni auto-imponerte un estricto régimen de trabajo.
Es algo natural.
Lo has sentido – cuando haces ejercicio, platicas con tu mejor amiga o te enganchas con una película. Te metes de lleno a la actividad y el resto del mundo desaparece. Pierdes cuenta del tiempo, avanzas sin esfuerzo, casi jalada por la inercia del momento.
Estás tan involucrada en lo que haces, que ni siquiera te cansas.
Imagina lo increíble que sería. Sentarte a trabajar y deslizarte por los pendientes como un auto sobre la pista de carreras. Zoom, zoom, zoom ¡Y listo!
Te vas a descansar satisfecha, sabiendo que lo importante quedó hecho. Sigue estos sencillos pasos para conseguirlo.
1. Construye tu templo de productividad
Cuando vas al parque, observas los grandes árboles, disfrutas el fresco aroma de la hierba y recibes un cálido rayo de sol en la espalda, no te queda de otra más que relajarte.
En la oficina, sucede lo contrario. Te sientes pollo rostizado con la intensa luz blanco neón. Las monumentales pilas de papeles y el panorama gris metal, sólo te pueden agobiar.
Cada ambiente que visitas, despierta en ti emociones, sensaciones y reacciones. Con sencillas modificaciones, puedes hacer de tus espacios templos de productividad.
Toma una libreta y ve a tu lugar habitual de trabajo (revisa este artículo si todavía no lo tienes). Vas a hacer tres listas:
- Cosas que me hacen sentir negativa o incómoda, por ejemplo:
- La mancha del escritorio me hace sentir sucia
- El color obscuro de la pared me pone triste
- Los libros amontonados, me cansan
- Cosas que me inspiran / me hacen sentir bien, por ejemplo:
- Al ver mi agenda me siento organizada
- Las fotos de mi familia me animan, me recuerdan por qué hago lo que hago
- Las frases de inspiración que tengo en la pared me motivan
- Lo que hace falta
- Mi oficina se siente vacía, necesita algo que la haga más acogedora
- El blanco es aburrido, hace falta color y diversión
- Algo para poner las plumas
- Cosas que me hacen sentir negativa o incómoda, por ejemplo:
Desházte de los puntos en la lista 1. Acomoda lo que hay en la lista 2 para que resalte y consigue lo que hay en la 3.
Sentirás cómo tu ambiente y tu estado de ánimo se renuevan ¿Tu productividad? Prepárate, porque va a despegar.
Aquí puedes leer más sobre la influencia que el entorno juega sobre ti.
Este artículo es parte del mini curso Cómo Emprender Desde Casa. Dále click al enlace para ver los otros artículos que componen la serie.
2. Quítate lo Zombi
Trabajar cuando tus párpados se caen de cansancio, es una tortura China. Lo único que logras es sentirte frustrada.
En vez de forzarte a permanecer enfocada, haz una pausa y date la atención que necesitas. Toma agua. Prepárate una nutritiva ensalada y consiente a tu agotado cuerpo con un baño tibio, sales aromáticas y una buena siesta.
Al despertar, te llevarás una linda sorpresa. El reporte que llevas tres días postergando, dejará de sentirse como una carga. Hasta vas a tener ganas de terminarlo.
Aquí hay más tips para salir del estado zombi.
3. Usa el poder de la intención
Cada vez que me siento a trabajar, me ahogo en el Triángulo Virtual de las Bermudas.
Cuando reacciono, llevo una hora viendo fotos de gatos en Facebook, investigando la compatibilidad de Acuario con Sagitario y conozco todos los detalles sobre la vida secreta de Beyonce.
Mientras tanto, mis pendientes súper-urgentes (que eran para ayer), siguen intactos.
Una sencilla técnica para evitarlo es tomar un papelito y anotar el propósito de tu tiempo con la compu, antes de prenderla.
El simple hecho de escribir tus intenciones, te programa para realmente cumplirlas. Además, evitas los dos segundos de duda, cuando tu dedo se desliza en automático hacia la barra del explorador y empieza a introducir la maldita palabra que empieza con F mayúscula.
Al anotar tus intenciones, sé muy específica. Incluye todos los detalles que puedas. En vez de poner algo vago como esto:
- Enviar el correo
Trata de poner:
- Enviar el correo a Fernanda preguntando sobre la información que me pasó
Si tienes una tarea más grande, que tomará varios días, anota sólo la parte que vas a realizar en este momento. Supongamos que quieres editar un video y tienes una hora para trabajar en él. Esto es lo que pondrías en el papelito:
- Abrir el programa de edición (1 min.)
- Importar el video (5 min.)
- Cortar las partes que salieron mal (35 min.)
- Escoger la música de fondo (15 min.)
Tachar las tareas conforme las vas realizando, te hace sentir la persona más productiva y enfocada del planeta ¡Es casi orgásmico!
Aquí hay un tutorial donde explico cómo organizar las tareas diarias en tu emprendimiento.
4. Huye de las interrupciones como si fueran la plaga
Amarra a los niños y al perro. Cierra la puerta con tres candados. Avienta el teléfono a un pozo.
Huye de las interrupciones como si fueran la plaga.
Necesitas 15 minutos para adentrarte en una actividad. La productividad natural, el estado donde avanzas sin esfuerzo, empieza más o menos a los 20.
Las interrupciones generan ansiedad, frustración y mandan tu productividad al traste. Cada vez que te distraes, necesitas un nuevo lapso de 15 minutos para enfocarte y recordar lo que estabas haciendo.
¿La solución? Trabajar en bloques de mínimo media hora y llevar toda tu atención a una sola actividad: la que anotaste en el papelito.
5. Date 5 minutos Zen
Sí, sí, hay que enfocarse. Todo mundo lo dice. Lo que nadie cuenta es cómo diablos se hace. Una cosa es comprender que algo es bueno, pero otra muy distinta es ponerlo en práctica.
No te preocupes. Te voy a dar un entrenamiento intensivo en enfoque.
Siéntate cómoda, cierra los ojos y observa tu respiración. Inhala suave, lenta y profundamente. Exhala soltando la pesadez de tu cuerpo. Permanece así por 5 minutos.
No me tires de loca, inténtalo. Aquí te espero.
¿Ya?
Acabas de hacer una mini-meditación. La meditación es el arte de mantener tu atención con una sola cosa. Practícalo por 5 minutos diarios. Después de una semana, te vas a sentir más tranquila, organizada y oh sorpresa: enfocada.
6. Házlo (en vez de pensar, planear, fantasear o decir que lo harás)
Hay veces cuando en verdad quieres terminar ese estúpido resúmen. Sabes que es importante. Dices que lo vas a hacer, piensas que lo vas a hacer, planeas que lo vas a hacer, fantaseas con que lo vas a hacer…
…pero no lo haces BUAAAAA!!!! Ya hasta sueñas con él.
Tal vez te da flojera o necesitas un dato y no sabes dónde está o te sientes insegura de lo que vas a escribir.
Los pendientes – sobre todo los pesados y aburridos – son como tapones que bloquean una tubería de agua. Cortan el flujo de tu energía, evitando que te puedas enfocar en las actividades más importantes.
Tarde o temprano los tienes que hacer.
Ahórrate el drama.
Programa media hora al día para acabar con ellos. Considera este tiempo como un pequeño sacrificio – no es divertido y no te encanta, pero lo necesitas quitar del camino para poder hacer lo que sí.
7. Si no funciona, abandona
Por mucho tiempo, intenté seguir un horario rígido que detallaba todas y cada una de mis actividades – desde lapsos de trabajo hasta pausas para hacer del baño. Había leído que era una buena forma de organizarte y lo quise intentar.
Lo único que conseguí fue sentirme chancla aplastada por ser tan desordenada.
Las reglas y las cosas demasiado cuadradas funcionan, PERO no funcionan para mí. Desperdicié meses intentando moldearme en algo que no soy.
Al darme cuenta de mi error, diseñé un horario flexible ¡Santo remedio!
Si llevas cuatro semanas tratando de levantarte temprano, y no puedes, o dices que vas a trabajar en tu negocio y no lo haces, necesitas cambiar de estrategia. Contesta las siguientes preguntas para desechar lo que no funciona y encontrar una nueva:
- Actualmente ¿Qué estoy haciendo?
- ¿Está dando los resultados que espero?
- Sí: Continúa haciéndolo, haz más
- No: Deja de hacerlo
- ¿Qué parte es la que no funciona?
- ¿Hay algo nuevo o diferente que puedo probar?
8. Escribe tus planes (o alguien los escribirá por ti)
Cada noche, date 5 minutos para escribir los planes para el día siguiente.
Selecciona la actividad más importante que vas a realizar. Debe ser la especial, la que te llena de emoción, esa que te acerca a la vida que deseas.
Dále un espacio de tiempo. Protégela con tu vida. No permitas que nadie te distraiga de hacerla.
Admito que no es sencillo. Pero, cuando no escribes tus propios planes, te dejas llevar por los de alguien más.
No porque quieres, sino porque no tienes nada mejor que hacer.
Toma acción. Salta a los comentarios y comparte con cuál de los 8 pasos vas a empezar.
Un Mini Curso Para Emprender Desde Casa
Este es el cuarto artículo de la serie “Cómo Emprender Desde Casa”
Si eres una mujer que sueña con cambiar al mundo a través de su negocio, pero entre tantas responsabilidades, no te quedan ni cinco minutos para dedicarte a lo tuyo – y cuando los tienes los desperdicias – esto es para ti.
Te contaré las estrategias que me han ayudado a emprender con éxito, desde la comodidad de mi hogar.
Necesito advertir que esta no es una recopilación con “10 Sencillos Tips”. Ambas sabemos que la mayoría de las veces, son tan vagos que te dejan igual o peor a como empezaste.
Esta es una guía profunda y detallada, donde toco los aspectos esenciales al emprender desde casa. Es un mini curso que consta de 10 lecciones.
Cada semana te daré una estrategia sencilla y 100% accionable sobre el tema en cuestión. Si aplicas lo aprendido, al final del mini curso:
- Te sentirás tranquila y organizada con tu negocio
- Sabrás en qué enfocarte para conseguir resultados
- Trabajar desde casa será divertido ¡Te podrás despedir del agobio!
Revisa las otras lecciones del mini curso: Cómo Emprender Desde Casa.