¿Has escuchado esa frase que dice – Cuando la vida te da limones, haz limonada?
Una vez lo hice, literal.
Eran las vacaciones de verano. Mi hermano y yo estábamos en casa de mis abuelos picándonos los ojos de aburrimiento. Totalmente blah. Queríamos hacer algo divertido pero no encontrábamos qué.
Entonces, los limones.
Salimos a la cochera y ahí estaban. Jugosos. Brillantes. Esperando a ser exprimidos por nuestras pequeñas manos. Llenaban una caja entera. Emocionados corrimos a la cocina.
Trepamos a un banco para alcanzar la tabla de picar. Tomamos un cuchillo (de contrabando), una jarra transparente de plástico y los vasos desechables que mi abuela guardaba para las fiestas. Pusimos todo en una bolsa de mercado y después jalamos una mesa y unas sillas a la banqueta.
Finalmente, garabateamos un letrero que decía:
Vasito de limonada $5 pesos.
Orgullosos, inauguramos nuestro pequeño negocio. De nuestros primeros clientes, aprendimos que les gustaba frío. Corrimos al congelador por una bandeja de hielos para poder satisfacerlos.
Pasamos toda la tarde sirviendo bebidas. En total ganamos $297.60 pesos, 2 litros de tepache (que habilidosamente truequeamos por uno de limonada) y tres nuevos amigos.
Empezar un negocio es así de sencillo, pero conforme vas creciendo se te olvida que las mejores cosas, son las más simples.
En algún momento sueltas la ligereza y poco a poco la vas reemplazando por un pesado grillete llamado miedo.
Entonces, lo complicas todo.
Tienes limones frescos que desean ser exprimidos. Mueres por compartir tu limonada con los demás.
¡Pero no lo haces!
En vez de tomar el cuchillo y ponerte a rebanar, te quedas sentada. Aburrida. Estancada en las malditas dudas ¿Será que va a funcionar? ¿Y si la gente se burla? ¿Qué dirán mi mamá, mi mejor amiga, mi esposo, la vecina chismosa, la señora que vende en la tiendita de la esquina y el barrendero que pasa todos los días por mi calle?
Lees a Kiyosaki y a Louise Hay, para tener a la abundancia de tu lado. Te descargas todo tutorial que encuentras en Google. Devoras video tras video de Youtube. Con toda la información que has recopilado podrías montar una biblioteca.
El miedo es una señal de que estás abandonando la zona de confort para estrechar los límites de lo que puedes llegar a ser.
Eso es bueno.
El problema es que si no aprendes a manejarlo, tus limones se pudren. En vez de divertirte, ganar dinero y hacer nuevos amigos – te mosqueas.
No permitas que eso suceda. El mundo necesita tu talento para la ilustración, tus súper poderes de abogada honesta o tus habilidades para fotografiar no sólo imágenes, también sentimientos – queremos esa limonada especial que sólo tú nos puedes aportar.
La receta para salir del agobio: Si la vida te da limones, haz limonada.
Significa que empieces con lo que tengas.
De todo lo demás te preocupas después.
Ahora quiero escuchar de ti. Salta a los comentarios y comparte.
¿Qué parte de tu negocio te agobia en este momento?
¿Qué herramientas o recursos podrías utilizar para avanzar?